Última confesión
- Gwen Paterson
- 11 ene 2021
- 1 Min. de lectura
Cada vez tenía menos fuerza de voluntad, era como una vela, consumiéndome poco a poco. Como una sola persona había podido arrebatarte toda tu alegría y vida. Lo único que quedaba eran lágrimas y poca fe, me lo habían quitado todo, hasta las ganas de vivir. Me había hecho sentir vulnerable, vacía, pero él no sabía nada, no sabía que lo quería. Poco a poco el instituto se me hizo una cárcel, incluso no iba a algunas horas porque era incapaz de verlo, solo de pensarlo, mi estómago encogía. Ya no tenía hambre, y lo peor de todo, ya no escribía.
Última confesión





Comentarios