Reflexiones de atardecer

Es curioso como podemos echar tanto de menos, a una persona, a un lugar, algún instante. Echar de menos ese instante a través de la ventanilla de un autobús a las 6 de la mañana viendo el sol hacer su primera aparición del día, con los auriculares susurrándote al oído "I love you" de Billie Eilish. Echar de menos ese momento eterno del atardecer sentada en la terraza, viendo como otro día está llegando a su fin, con la mirada perdida recordando esas esperanzas rotas. Echar de menos ese hogar al que hemos recurrido tras cada jornada de trabajo, tras volver de la compra, después del mejor día de tu vida, o después del peor. Refugiarte en él como un fuerte o quizás intentar salir de él como un laberinto. Echar de menos a alguien que está a kilómetros de tu prisión, deseando liberarte y correr hacia ese nuevo destino. Echarlo de menos sabiendo que esta allí, y no puedes sino buscarlo en algún que otro sueño, en mensajes donde un "estoy bien" contenta sin preocupar, buscarlo en el horizonte, con la mirada perdida y sin poder saber que hacer.

Es curioso hasta que punto podemos echar de menos a una persona, un lugar, un sentimiento, algún instante.