Él
- Gwen Paterson
- 19 nov 2020
- 2 Min. de lectura
¿Nunca has tenido la impresión de que tus sueños son más avanzados que tu edad?
"She told me that she loved me,
And like a fool I believed her from the stars
She said she´d never hurt me,
But then she turned around and broke my heart
Why am I standing here
Missing her and wishing she were here?"
Esta canción me gusta, me hace soñar, vivir. A veces sueño que veo películas con él, no tiene nombre, es simplemente él. No tiene rostro definido, ni un color de pelo exacto, no tiene unos ojos soñados ni una altura pensada, solo es alguien que ve películas conmigo, que se ríe, que deja que ponga mis piernas sobre las suyas mientras cojo el bol de palomitas. Es él, quizás la persona ideal para mí, quizás tan ideal que no exista realmente.
"She only did me wrong
I´m better off alone
She devoured all my sweet love,
Took all I had and then she fed me dirt."
La canción suena pero yo sigo riendo y tirándole de vez en cuando alguna palomita, mientras me mira y ríe conmigo. Puede que esté loca por imaginar cosas imposibles, puede que las dos de la madrugada me estén afectando demasiado, pero sigo soñando con él, que me abraza mientras duermo, me giro y abre los ojos. Nos miramos, solo permanecemos así sin tomarnos ni besarnos, pero si amándonos, a nuestra manera.
Tengo miedo, miedo a que se acabe, a que despierte y todo haya sido un sueño, toparme con la amarga realidad, de estar sola en ese ámbito, de tener altas expectativas y quizás por eso encontrarme en esa situación. Miedo a que nada de esto suceda y seguir mintiéndome a mi misma, sin encontrarlo a él. Él es el culpable, de esas tardes sentados en el banco del parque, el culpable de aquellas noches por la ciudad, los restaurantes a principios de mes y las cajas de pizzas a finales, de los puzzles interminables y los parques de niños, de poner música y bailar en el salón, de compartir una galleta en el balcón, de elegir melodía en la radio y bajar la ventanilla del coche, de perder la sombrilla en la playa, de dejar las llaves dentro del auto y de no regar las plantas del salón. Tengo miedo de que nada de esto pase, de que todo se quede por el camino, en el tintero, en un cuaderno de adolescente escribiendo en la madrugada con unas luces de una tienda barata. Solo, déjame pedir algo, déjame pedir que esa persona, él, me espere, para poder disfrutar cada momento de mi vida con él, solo con él.
-Astronauta.





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