3 a.m.
- Gwen Paterson
- 13 mar 2021
- 1 Min. de lectura
Me desperté a causa del chirriante sonido de la sirena. Cogí la mochila y de un salto salí de la cama, abrí la puerta del cuarto y todos andaban de un lado a otro, cogiendo cosas, gritándose unos a otros. Minutos más tarde salíamos de casa mientras me colocaba la sudadera y entramos en el coche, conducíamos entre la gente, una gran multitud que se dirirgía al mismo lugar. Tras varios bocinazos y minutos después, llegamos, era un lugar bastante grande, a las afueras de la ciudad. Era la segunda vez que pasaba en un mes, salimos del coche y cogimos las máximas cosas posibles. Entramos en medio de una gran masa de personas, dijimos nuestro apellido y nos dirijimos a la Zona B, de pronto mi móvil fue escuchado, me giré y ví a Matt. Corrí y lo abracé, hacía tanto tiempo que no lo veía... Continuamos a mi familia hasta llegar a nuestra zona, soltamos nuestras cosas y miré de nuevo a aquel hombre, sonreí.
Mamá- ¿A quién sonríes?
Volví a mirar y no había nadie. Y me acordé que Matt aún seguía vivo.




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